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La SOBERANA GRAN LOGIA NACIONAL DE LIBRES Y ANTIGUOS MASONES DEL PARAGUAY, se compone de las siguientes LLog.·.

- Caballeros de York No. 1
V.·. M.·. Christian Villagra

- Arte Real No. 2
V.·. M.·. Domingo Encina

- Caridad y Fe no. 3
V.·. M.·. Tomas Roa

- Cruz del Temple no. 4
V.·. M.·. Marcelo Filippini

- Luz y Verdad Nº 5
V.·. M.·. Edward Ramirez


Además el
CAPITULO DE MASONES DEL SACRO ARCO REAL PIEDRA CLAVE Nº 1

Primer Gran Principal
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JUEGOS MASONICOS, muy dificil

Masonic Mystery
Grandes misterios envuelven el mundo de la masoneria y como historiador es tu deber investigar a fondo cada rincon de la mansion de uno de los lideres masones. Busca entre los objetos y piensa con logica.

MANUSCRITO REGIUS




INTRODUCCIÓN 
Es en el seno de las antiguas corporaciones de constructores de la Edad Media 
europea donde tomó forma la corriente iniciática que hoy conocemos como 
Masonería. No quiere esto decir, en absoluto, que la tradición masónica, en tanto 
que transmisión de una influencia espiritual "no humana", deba remitirse 
históricamente a una determinada época o circunstancia. En realidad, este error 
depende de una concepción de la iniciación como algo de orden simplemente 
"moral" o "social", y semejante actitud es consecuencia de un punto de vista 
esencialmente exterior y "profano". Tampoco la tradición masónica -así como 
cualquier otra tradición iniciática legítima, en tanto que implica una transmisión 
regular- puede ser reducida a un sentido exclusivamente psicológico, de donde se 
derivaría su existencia como un simple producto del "espíritu humano". Ciertamente, 
la Masonería sería impensable si no tenemos en cuenta la noción de la unidad 
tradicional primordial y las sucesivas adaptaciones de ésta a las circunstancias 
determinadas por el desarrollo cíclico de la manifestación y por las diferentes 
mentalidades de los pueblos a las que está dirigida. Decir que la Masonería "tomó 
forma" en las antiguas corporaciones medievales significa que éstas proporcionaron 
la base y el "molde" adecuado para su expresión en tanto que modelo iniciático de 
características propias, ligado a un oficio; Este modelo no deja de ser una expresión 
de una verdad no histórica, y es así como debe entenderse su origen "from 
immemorial time".  

Por otra parte, la usual división de la Masonería en "operativa" y "especulativa", 
entendiendo por la primera las corporaciones de constructores medievales y por la 
segunda la organización "filantrópica" y "filosófica" derivada del progresivo 
predominio en las logias de los "Masones aceptados", y cuyo nacimiento data del s. 
XVIII, no implica sino la fijación en el aspecto más exterior y superficial de la misma. 

Se pretende que la Masonería "especulativa", al haber prescindido del oficio, si no 
evidentemente en sus símbolos y ritos, sí en sus aspectos formales, representaría 
un progreso en sentido "intelectual" y respondería a concepciones de un nivel más 
elevado. En realidad, el paso de lo "operativo" a lo "especulativo" representa 
exactamente lo contrario de lo que la mentalidad moderna quiere ver ahí. Lejos de 
constituir un "progreso", se trata más bien de un empobrecimiento y un olvido de lo 
que es la "realización" -y es esto lo que verdaderamente significa el término 
"operativo"- para no dejar subsistir más que una visión puramente teórica de la 
iniciación, una "especulación" que es un "reflejo", es decir, un conocimiento indirecto, 
por oposición al conocimiento efectivo y directo. Tal conocimiento efectivo no es sino 
la realización iniciática.  

Aunque el saber iniciático es propiamente una transmisión, y como tal tiene sus 
propios medios, diferentes por completos de la educación profana, La Masonería 
medieval y cristiana dejó algunos documentos escritos -hoy en día prácticamente 
desaparecidos- en los que se conservaron cuidadosamente algunas normas 
generales, leyes fundamentales e interpretaciones míticas, a los que genéricamente 
se denomina "Old Charges" (Antiguos Deberes). El más antiguo que se conoce es el 
manuscrito Regius, del que aquí ofrecemos la traducción al castellano.  Según todas las informaciones al respecto, el manuscrito Regius data de alrededor 
del año 1390; publicado en 1840 por James O. Halliwell, es mencionado en 1670 en 
un inventario de la biblioteca John Theyer. Ésta fue vendida a Robert Scott (de 
donde un nuevo inventario en 1678). El manuscrito perteneció después a la 
biblioteca real hasta 1757 (y de ahí su nombre de "Regius"), fecha en la cual el rey 
Jorge II lo donó al Museo Británico.  

El Regius se compone de las siguientes partes:  

· Fundación de la Masonería en Egipto por Euclides.  
· Introducción de la Masonería en Inglaterra bajo el reinado de Adelstonus 
(rey sajón, 925-939).  
· Los Deberes: quince artículos.  
· Los Deberes: quince puntos.  
· Relato de los Cuatro Coronados.  
· Relato de la Torre de Babel.  
· Las siete artes liberales.  
· Exhortación sobre la misa y cómo conducirse en la iglesia.  
· Instrucción sobre las buenas maneras. 

LOS ESTATUTOS DEL ARTE DE LA GEOMETRÍA SEGÚN EUCLIDES 
Quienquiera que bien desee leer y buscar, podrá hallar escrito en un viejo libro de 
grandes señores y damas la historia, que, ciertamente, muchos hijos tenían; pero no 
poseían tierras para vivir de ellas, ni en la ciudad, ni en los campos o los bosques; 
un consejo les dieron a todos ellos: Para decidir en bien de estos niños, acerca de 
cómo podrían ganarse la vida sin grandes penurias, cuitas ni luchas; y también para 
la multitud que llegará, algunos de ellos fueron enviados a buscar grandes 
clérigos, para que les enseñaran buenos oficios; y nos les rogamos, por el amor de 
nuestro Señor, para que nuestros hijos encontraran trabajo, y pudieran así ganarse 
la vida, de forma honesta y muy segura.  

Ya en aquellos tiempos, por la buena geometría, este honesto oficio que es la 
masonería fue ordenado y creado de tal manera, concebido por todos estos clérigos; 
gracias a sus oraciones ellos inventaron la geometría. Y le dieron el nombre de 
masonería al más honrado de todos los oficios.  

Los hijos de estos señores se aplicaron en el aprendizaje del oficio de la 
geometría, lo cual hicieron muy cuidadosamente; La oración de los padres, y 
también de las madres, les puso en este honrado oficio, y aquel que mejor lo 
aprendía, y era honesto, y superaba en atención a sus compañeros, si en este oficio 
les aventajaba, debía ser más honrado que el último.  

Este gran clérigo se llamaba Euclides, su nombre era conocido en todo el mundo. 
Pero este gran clérigo ordenó a quien más elevado estaba en este grado, que debía 
enseñar a los más simples de espíritu para ser perfecto en este honrado oficio; y así 
debían instruirse el uno al otro, y amarse juntos como hermano y hermana.  

También ordenó que Maestro debía ser llamado; a fin de que fuera más honrado, 
Debía ser así entonces tratado; pero jamás masones deben llamar a otro, en el seno 
del oficio entre ellos, ni sujeto, ni servidor, mi querido hermano, aunque sea menos perfecto que otro; cada uno llamará a los demás compañeros con amistad, pues de 
nobles damas han nacido.  

De esta forma, por la buena ciencia de la geometría, comenzó el oficio de la 
masonería; Así fundó el clérigo Euclides, Este oficio de geometría en tierras de 
Egipto. 

En Egipto a todos los enseñó, y en distintos países de todas partes, durante 
muchos años, según he oído, antes de que el oficio llegara a este país.  

Este oficio llegó a Inglaterra, como os he dicho, en los días del buen rey 
Adelstonus; hizo entonces construir muchas casas en el bosque, y altos templos de 
gran renombre, para gozar de ellos día y noche
Este buen señor amaba mucho el oficio, y quiso mejorar todas sus partes, por las 
muchas faltas que en él encontró. Envió a través del país decir a todos los masones 
del oficio, venir a él sin tardanza, para enmendar juntos tales defectos con buenos 
consejos, si fuera posible. 

Un buen grupo reunió entonces de diversos señores, en su rango, duques, condes 
y también barones, caballeros, escuderos y muchos otros, y los grandes burgueses 
de la ciudad, cada uno en su propio rango; Allí estaban todos juntos, para fundar el 
estatuto de los masones.

Con todo su espíritu buscaban cómo podrían ser gobernados; Quince artículos 
quisieron producir, y otros quince puntos fueron creados. 

ARTÍCULO PRIMERO  
El primer artículo de esta geometría: El maestro masón debe ser digno de 
confianza a la vez constante, leal y sincero, y jamás tendrá nada que lamentar; y 
pagará a sus compañeros según el coste de las vituallas, que tú bien conoces; y 
págales justamente, y de buena fe, lo que puedan merecer; y evita, por amor o por 
temor, que ninguna de las partes acepte ventajas, ni del señor ni del compañero, sea 
cual sea, de ellos no aceptes ningún tipo de prebendas; y como un juez mantente 
íntegro, y entonces a ambos harás buen derecho; y en verdad haz esto allá donde te 
encuentres, tu honor, tu provecho, será el mejor.  

ARTÍCULO SEGUNDO  
El segundo artículo de buena masonería, como vos debéis entender 
especialmente, que todo maestro, que sea masón, debe asistir a la asamblea 
general, para lo cual le será comunicado el lugar en que se celebrará. Y a esta 
asamblea debe acudir, salvo si hay una excusa razonable, o sea desobediente al 
oficio, o se abandone a la mentira, o esté tan gravemente enfermo que no pueda 
venir a ella; Ésta es una excusa buena y válida, para esta asamblea, si es sincera.  

ARTÍCULO TERCERO  
En verdad, el tercer artículo es que el maestro no tome aprendiz, salvo si puede 
asegurarle alojamiento con él por siete años, como os digo, para aprender su oficio, 
y que le sea de provecho; En menos tiempo no será apto ni provechoso para su 
señor, ni para él, como podéis comprender por buena razón. 

 ARTÍCULO CUARTO  
El cuarto artículo éste debe ser, que el maestro debe vigilar, en no tomar a un 
siervo como aprendiz, ni embaucarle por su propio bien; pues el señor al que está 
ligado bien puede buscar aprendiz donde quiera. Si en la logia fuera enseñado 
mucho desorden podría causar, y en tal caso podría ocurrir que algunos se 
entristecieran, o todos. Pues todos los masones que serán todos unidos estarán. Si 
un siervo en el oficio permaneciese, de diversos desórdenes os podría hablar: Para 
tener paz, y honestidad, tomad un aprendiz de mejor condición. En un antiguo 
escrito encuentro que el aprendiz debe ser de noble nacimiento; y así, muchas 
veces, hijos de grandes señores han adoptado esta geometría, que es muy buena. 

ARTÍCULO QUINTO  
El quinto artículo es muy bueno, que el aprendiz sea de legítimo nacimiento; El 
maestro no debe, bajo ningún pretexto, tomar un aprendiz que sea deforme; Ello 
significa, como veréis, que todos sus miembros estén enteros; Para el oficio sería 
gran vergüenza, formar a un hombre estropeado, pues un hombre 
imperfecto de nacimiento sería poco útil al oficio. Cada uno puede comprenderlo, el 
oficio quiere hombres potentes, y un hombre mutilado no tiene fuerza, Como sabéis 
desde hace tiempo.  

ARTÍCULO SEXTO  
Al sexto artículo no debéis faltar, que el maestro no perjudique a su señor, 
tomando del señor para el aprendiz, tanto como reciben sus compañeros, en todo, 
pues en este oficio se han perfeccionado, pero aún no el aprendiz, como 
comprenderéis, así que sería contrario a la buena razón dar igual salario a él y a los 
compañeros. Este mismo artículo, en tal caso, ordena que el aprendiz gane menos 
que sus compañeros, que son perfectos. En diversos puntos, sabed en cambio, que 
el maestro puede instruir a su aprendiz, para que su salario crezca rápidamente, y 
antes de que haya terminado su aprendizaje su salario habrá en mucho mejorado. 

ARTÍCULO SÉPTIMO  
El séptimo artículo, que ya está aquí, os dirá a todos vosotros, que ningún 
maestro, ni por favor ni por miedo, debe vestir o alimentar a ningún ladrón. Jamás 
albergará a ninguno de ellos, ni a quien haya matado a un hombre, ni a quien tenga 
mala reputación, pues traerá vergüenza al oficio.  

ARTÍCULO OCTAVO  
El octavo artículo nos muestra lo que el maestro tiene derecho a hacer. Si emplea 
a un hombre del oficio, y no es tan perfecto como debiera, puede sin tardanza 
reemplazarlo, y tomar en su lugar a un hombre más perfecto. Por imprudencia, un 
hombre así podría deshonrar el oficio.  

ARTÍCULO NOVENO  
Muy bien muestra el noveno artículo que el maestro debe ser fuerte y sabio; Que 
no emprenda ninguna obra que no pueda acabar y realizar; y que sea provechoso a 
sus señores, así como a su oficio, allí donde vaya. Y que las obras estén bien 
construidas, para que ni fisuras ni brechas haya.  

ARTÍCULO DÉCIMO  
El décimo artículo sirve para hacer saber, a todos los del oficio, grandes o 
modestos, que ningún maestro debe a otro suplantar, sino estar juntos como 
hermana y hermano. En este oficio singular, todos, unos y otros, trabajan para un 
maestro masón. No debe él suplantar a ningún hombre que encargado esté de un 
trabajo. El castigo por ello es muy duro, no vale menos de diez libras, a menos que 
sea hallado culpable aquel que primero tenía el trabajo. Pues ningún hombre en 
masonería debe suplantar a otro impunemente, salvo si de tal manera ha construido 
que la obra se reduce a nada; Puede entonces un masón pedir este trabajo, para no 
perjudicar al señor; en tal caso, si ocurriera, ningún masón se opondría. En verdad, 
quien ha comenzado las obras, si es un masón hábil y sólido, tiene la seguridad en 
su espíritu de llevar la obra a buen fin.  

ARTÍCULO UNDÉCIMO  
El undécimo artículo, te lo digo yo, es a la vez justo y libre; Pues enseña, con 
firmeza, que ningún masón debe trabajar de noche, a menos de dedicarse al 
estudio, por el cual podrá mejorar.  

ARTÍCULO DUODÉCIMO  
El duodécimo artículo es de gran honradez pues todo masón, allá donde se 
encuentre, no debe despreciar el trabajo de sus compañeros si quiere mantener su 
honor; con honestas palabras lo aprobará, gracias al espíritu que Dios le ha dado; 
pero mejorándolo con todo tu poder, sin ninguna duda entre los dos.  

ARTÍCULO DECIMOTERCERO  
El artículo trece, que Dios me ayude, es que si el maestro tiene un aprendiz, le 
enseñará de manera completa, para que muchas cosas pueda aprender y así mejor 
conozca el oficio, allí donde vaya bajo el sol.  

ARTÍCULO DECIMOCUARTO  
El artículo catorce, con buenas razones, muestra al maestro cómo actuar; no debe 
tomar aprendiz a menos de tener diversas tareas por cumplir, para que pueda, 
mientras duren, aprender mucho de él.  

ARTÍCULO DECIMOQUINTO  
El decimoquinto artículo es el último; pues para el maestro es un amigo; le enseña 
que hacia ningún hombre debe adoptar un falso comportamiento, ni seguir a sus 
compañeros en el error, por muchos bienes que pueda conseguir; ni permitir que 
hagan falsos juramentos, por cuidado de sus almas, so pena de atraer la vergüenza 
al oficio,sobre sí mismo una severa culpa.  

DIVERSOS ESTATUTOS  
En esta asamblea otros puntos fueron adoptados, por grandes señores, y también 
maestros, que el que quiera conocer este oficio y abrazarlo, debe amar a Dios y a la 
santa Iglesia siempre, y a su maestro también, por lo que es, allá donde vaya, por 
campos y bosques, y ama también a tus compañeros, pues es lo que tu oficio quiere 
que hagas. 

 PUNTO SEGUNDO  
El segundo punto os voy a decir, que el masón trabaje el día laborable tan 
concienzudamente como pueda, a fin de merecer su salario el día de descanso, 
pues quien verdaderamente ha hecho su trabajo merece tener su recompensa.  

PUNTO TERCERO  
El tercer punto debe ser severo con el aprendiz, sabedlo bien, el consejo de su 
maestro debe guardar y ocultar, y el de sus compañeros, de buen talante; de los 
secretos de la cámara a nadie hablará, ni de la logia, se haga lo que se haga; 
aunque creas que debes hacerlo, a nadie digas dónde vas; las palabras de la sala, y 
también las del bosque, guárdalas bien, por tu honor, de lo contrario sobre ti el 
castigo caerá, y al oficio grande vergüenza traerás.  

PUNTO CUARTO  
El cuarto punto nos enseña, que ningún hombre a su oficio será infiel; error alguno 
le entretendrá contra el oficio, pues a él renunciará, y ningún perjuicio causará a su 
maestro, ni a su compañero; y aunque el aprendiz sea tratado con respeto, siempre 
está sometido a la misma ley.  

PUNTO QUINTO  
El quinto punto es, sin duda, que cuando el masón cobre su paga del maestro, que 
él atribuya, humildemente aceptada debe ser; sin embargo justo es que el maestro, 
antes del mediodía, le advierta formalmente si no tiene intención de emplearle, como 
antaño se acostumbraba hacer; contra esta orden no puede rebelarse, si reflexiona 
bien, es en su interés.  

PUNTO SEXTO  
El sexto punto debe ser bien conocido, de todos, grandes y modestos, pues un tal 
caso puede ocurrir; que entre algunos masones, si no todos, por envidia u odio 
mortal, estalle una gran pelea. Entonces debe el masón, si puede, convocar a 
ambas partes un día fijado; pero este día no harán las paces, antes de finalizar la 
jornada de trabajo; un día de permiso debéis encontrar para dar oportunidad a la 
reconciliación, por temor a que siendo un día laborable la disputa les impida trabajar; 
haced de manera que acabe la riña, para que permanezcan en la ley de Dios.  

PUNTO SÉPTIMO  
El séptimo punto bien podría decir, como tan larga es la vida que el Señor nos da, 
y así claramente se reconoce, que no yacerás con la mujer de tu maestro, ni de tu 
compañero, de ninguna manera, bajo pena de incurrir en el desprecio del oficio; ni 
con la concubina de tu compañero, así como no querrías que lo hiciera con la tuya. 
El castigo por ello, sábelo bien, es permanecer de aprendiz por siete años 
completos, quien falte a una de estas prescripciones debe ser entonces castigado; 
pues gran preocupación podrá nacer de tan odioso pecado mortal.  

PUNTO OCTAVO  
El octavo punto es, seguro, que aunque algún cargo hayas recibido, a tu maestro 
queda fielmente sometido, pues jamás lamentarás este punto; Un fiel mediador debes ser entre tu maestro y tus compañeros libres; Haz lealmente cuanto puedas 
hacia ambas partes, y ésta es buena justicia.  

PUNTO NOVENO  
El noveno punto se dirige a aquel que es el intendente de nuestra sala; si os 
encontráis juntos en la cámara servios uno al otro con calmada alegría; gentiles 
compañeros, debéis saberlo, cada uno ha de ser intendente por turnos, semana tras 
semana, sin ninguna duda, todos a su vez intendentes deben ser, para servirse unos 
a otros, amablemente, como si fueran hermano y hermana; nadie se permitirá los 
gastos de otro, ni se librará de ellos en su beneficio, pues cada hombre tendrá la 
misma libertad en este cargo, como debe ser; mira de pagar siempre a todo hombre 
a quien hayas comprado las vituallas, a fin de que no te haga ninguna reclamación, 
ni a tus compañeros, en cualquier grado; a todo hombre o mujer, sea quien sea, 
paga bien y honestamente, así lo queremos; a tus compañeros darás cuenta exacta 
del buen pago que has hecho, por temor a meterles en un aprieto, y de exponerles a 
la vergüenza. Siempre cuentas debes dar de todos los bienes adquiridos, de los 
gastos que hagas en bien de tus compañeros, del lugar, las circunstancias y el uso; 
Estas cuentas debes dar cuando te lo pidan tus compañeros.  

PUNTO DÉCIMO  
El décimo punto muestra la buena vida, cómo vivir sin preocupaciones ni peleas; si 
el masón lleva una mala vida, y en su trabajo no es honrado, y busca malas 
excusas, injustamente podrán a sus compañeros difamar, y por tales infames 
calumnias atraer la vergüenza sobre el oficio. Si así a éste deshonra, no le debéis 
favor alguno, ni mantenerle en su mala vida, por miedo a caer en fracaso y conflicto; 
Pero no le deis plazo alguno hasta no haberle citado a comparecer dónde bien os 
parezca; en el lugar acordado, de grado o por fuerza, a la próxima asamblea le 
convocaréis, para comparecer ante sus compañeros; y si rechaza allí acudir, se le 
hará renunciar al oficio; castigado será según la ley que fue establecida en los 
tiempos antiguos.  

PUNTO UNDÉCIMO  
El undécimo punto es de buena discreción, como podréis comprender por buena 
razón; Un masón que conoce bien su oficio, que a su compañero ve tallar una 
piedra, y que a punto está de romperla, ha de cogerla tan pronto pueda, y mostrarle 
cómo corregirla; para que la obra del señor no se estropee, muéstrale dulcemente 
cómo corregirla, con buenas palabras, que Dios te guarde; por el amor de quien 
mora en lo alto, con dulces palabras nutre su amistad.  

PUNTO DUODÉCIMO  
El duodécimo punto es de gran autoridad, allí donde la asamblea se celebrará, 
habrá maestros, y compañeros también, y otros muchos grandes señores; estará el 
juez de la comarca, y también el alcalde de la villa, y habrá caballeros y escuderos, y 
además magistrados, como veréis; Todas las ordenanzas que allí se adopten se han 
acordado para ser respetadas; contra cualquier hombre, sea quien sea, que 
pertenezca al oficio bello y libre, si alguna querella hace contra ellas, detenido será y 
puesto a vigilar.

  PUNTO DECIMOTERCERO  
El decimotercer punto requiere de toda nuestra voluntad, él jurará no robar jamás, 
ni ayudar a quien trabaje en este mal oficio, por ninguna parte de su botín, saberlo 
debes, o pecarás, ni por su bien, ni por el de su familia.  

PUNTO DECIMOCUARTO  
El decimocuarto punto es ley excelente para aquel que bajo su temor esté; Un 
buen y verdadero juramento debe prestar, a su maestro y compañeros que aquí 
están; También fiel debe ser, y constante, a todas las ordenanzas, vaya donde vaya, 
y a su señor leal al rey, por encima de todo ha de ser fiel. Sobre todos estos puntos 
debes tú prestar juramento; y el mismo prestarán todos los masones, por las buenas 
o por las malas, sobre todos estos puntos, así lo establece una excelente tradición. 
Y de cada hombre averiguaran si los pone bien en práctica, o si alguien es 
reconocido culpable sobre uno de estos puntos en particular; que se le busque, sea 
quien sea, y que sea llevado ante la asamblea.  

PUNTO DECIMOQUINTO  
El decimoquinto punto es excelente tradición, para aquellos que han prestado 
juramento a esta ordenanza, llevada a la asamblea de grandes señores y maestros, 
como se ha dicho; para los desobedientes, yo lo sé, a la presente constitución, y a 
los artículos que han sido promulgados, por grandes señores y masones juntos, y 
siendo sus faltas probadas ante esta asamblea, con celeridad, y si no quieren 
corregirse, deberán entonces abandonar el oficio, y jurar jamás volver a ejercerlo. 
Salvo si aceptan enmendarse, jamás tomarán parte en él; y si se negaran a ello, el 
juez sin tardanza los detendrá, y en un calabozo profundo los encerrará, a causa de 
su transgresión, y confiscará sus bienes y su ganado en provecho del rey, en su 
totalidad, y tanto tiempo allí les dejará como plazca a nuestro amado rey. 

EL ARTE DE LOS CUATRO CORONADOS  
Oremos ahora al Dios Omnipotente, y a su radiante madre María, a fin de que 
podamos seguir estos artículos y los puntos, todos juntos, como hicieron los cuatro 
santos mártires, que en este oficio tuvieron gran estima; Fueron ellos tan buenos 
masones como pueda hallarse sobre la tierra, escultores e imagineros también eran, 
por ser de los obreros mejores, y en gran estima el emperador los tenía; deseó éste 
que hicieran una estatua que en su honor se venerara; tales monumentos en su 
tiempo poseía para desviar al pueblo de la ley de Cristo.  

Pero ellos firmes permanecieron en la ley de Cristo, y sin compromisos en su 
oficio; amaban bien a Dios y a su enseñanza, y se habían volcado a su servicio para 
siempre. En aquel tiempo fueron hombres de verdad, y rectamente vivieron en la ley 
de Dios; ídolos se negaron a erigir, y por muchos beneficios que pudieran reunir; no 
tomaron a este ídolo por su Dios y rechazaron su construcción, pese a su cólera; por 
no renegar de su verdadera fe y creer en su falsa ley, sin demora el emperador los 
hizo detener, y en una profunda cárcel los encerró; más cruelmente les castigaba, 
más en la gracia de Dios se regocijaban. 

Viendo entonces que nada podía les dejó ir a la muerte; quien lo desee, en el libro 
puede leer de la leyenda de los santos, los nombres de los cuatro coronados. Su 
fiesta es bien conocida por todos, el octavo día tras Todos los Santos. Escuchad lo que he leído, que muchos años después, con gran espanto, el diluvio 
de Noé fue desencadenado, la torre de Babilonia comenzó a erigirse, la más grande 
obra de cal y piedra que jamás hombre alguno haya visto; tan alta y grande fue 
pensada que siete mil su altura sombra arrojaba; El rey Nabucodonosor la hizo 
construir tan potente para la defensa de sus hombres, que si un tal diluvio ocurriera 
la obra sumergir no pudiera; pero tan fiero orgullo tenían, y tanta jactancia, que todo 
el trabajo se perdió; un ángel les castigó sus lenguas dividiendo, y así nunca más 
uno al otro se comprendieron. 

Muchos años más tarde, el buen clérigo Euclides el oficio de geometría enseñó 
por el mundo, y en este tiempo hizo también diversos oficios en gran número. Por la 
alta gracia del Cristo en el cielo las siete ciencias fundó; Gramática es la primera, lo 
sé, Dialéctica la segunda, me congratulo, Retórica la tercera, que no se niegue, 
Música la cuarta, os lo digo, Astronomía es la quinta, por mis barbas, Aritmética la 
sexta, sin duda alguna, Geometría la séptima, y cierra la lista, pues es muy humilde 
y cortés.  

En verdad, la Gramática es la raíz, todos la aprenden en el libro; pero el arte 
supera este nivel, como del árbol el fruto es mejor que la raíz; la Retórica mide un 
lenguaje esmerado, y la Música es un suave canto; la Astronomía da el nombre, 
querido hermano, la Aritmética demuestra que una cosa es igual a otra, la 
Geometría es la ciencia séptima, y distingue la verdad de la mentira, lo sé; quien de 
estas siete ciencias se sirva, bien puede ganar el cielo.  

Ahora, mis queridos hijos, tened buen espíritu para apartar el orgullo y la codicia, y 
aplicaos a bien juzgar, y a bien conducíos, allá donde estéis. Os pido ahora mucha 
atención, pues esto debéis saber, pero mucho mejor aún que como aquí está 
escrito. Si para ello té falta inteligencia, pide a Dios que te la conceda; pues el 
mismo Cristo nos enseña que la santa iglesia es la casa de Dios, y no para otra cosa 
está hecha sino para orar, como la Escritura nos dice; es allí donde el pueblo debe 
congregarse para orar y llorar sus pecados.  

Trata de no llegar tarde a la iglesia, por haber tenido en la puerta palabras 
libertinas; cuando a ella estés en camino ten en la mente en todo instante venerar a 
tu señor Dios día y noche, con todo tu espíritu, y toda tu fuerza. Al llegar a la puerta 
de la iglesia tomarás un poco de agua bendita, pues cada gota que toques limpiará 
un pecado venial, sábelo cierto.  

Pero antes debes descubrir tu cabeza, por el amor de aquel que murió en la cruz. 
Cuando entres en la iglesia, eleva hacia Cristo tu corazón; Alza entonces los ojos a 
la cruz, y arrodíllate sobre las dos rodillas; Ora entonces para que Él te ayude a 
obrar según la ley de la santa iglesia, y a guardar los diez mandamientos que Dios a 
todos los hombres legó.  

 ruégale con voz dulce que té libre de los siete pecados, a fin de que en esta vida 
puedas mantenerte lejos de preocupaciones y querellas; y que te dé además la 
gracia para un lugar encontrar en la beatitud del cielo.  
En la santa iglesia abandona las palabras frívolas del lenguaje lascivo, y las 
bromas obscenas, y deja de lado toda vanidad, y di tu Padre Nuestro y tu Ave; vigila 
de no hacer ruido, mas estate siempre en oración; Pero si no quieres rezar, no 
molestes al prójimo de ninguna manera. En este lugar no estés ni de pie ni sentado, 
sino en el suelo bien arrodillado, y cuando yo lea el Evangelio, Álzate, sin apoyarte en los muros, y persígnate si sabes hacerlo cuando se entone el gloria tibi; y cuando 
acabe la lectura, de nuevo puedes arrodillarte, y caer sobre tus dos rodillas, por 
amor a quien a todos nos ha redimido;  

Y cuando oigas sonar la campana que anuncia el santo sacramento, debéis 
arrodillaos, jóvenes y viejos, y elevar las manos al cielo, para entonces decir en esta 
actitud, en voz baja y sin hacer ruido: 
"Señor Jesús, sé bienvenido, en forma de pan, como te veo, ahora Jesús, por tu 
santo nombre, protégeme del pecado y de la culpa; dame la absolución y la 
comunión, antes de que me vaya de aquí, y sincero me arrepiento de mis pecados, a 
fin, Señor, de que jamás muera en este estado; y tú, que de una virgen has nacido, 
no sufras porque me haya perdido; Mas cuando de este mundo haya partido, 
otórgame la beatitud sin fin; ¡Amén! ¡Amén! ¡Así sea! y ahora, dulce dama, orad por 
mí".  

He aquí lo que has de decir, o algo parecido, cuando te arrodilles ante el 
sacramento. Si buscas tu bien, no ahorres nada para venerar a quien todo lo ha 
creado; pues para un hombre es un día de alegría, que una vez ese día pueda verle; 
es algo tan precioso, en verdad, que nadie puede ponerle precio, pues tanto bien 
hace esta visión. 

Como dijo san Agustín muy justamente, el día en que veas el cuerpo de Dios, 
poseerás estas cosas, con toda seguridad: Comer y beber lo suficiente, nada ese 
día te faltará; los juramentos y vanas palabras, Dios también te perdonará; la muerte 
sufrida ese mismo día en absoluto la has de temer; y tampoco ese día, te lo 
prometo, perderás la vista; y cada paso que entonces des, para ver esta santa 
visión, será contado a tu favor, cuando de ello tengas necesidad; Este mensajero 
que es el ángel Gabriel exactamente los conservará. Tras esto, ahora puedo pasar a 
hablar de otros beneficios de la misa; ven entonces a la iglesia, si puedes, y oye 
misa cada día; Si no puedes acudir a la iglesia, allí donde estás trabajando, cuando 
oigas sonar la misa, ora a Dios en el silencio de tu corazón, para que te dé parte en 
este servicio que en la iglesia se celebra. 

Quiero además enseñarte, y a tus compañeros, oíd esto, cuando ante un señor té 
presentes, en una casa, en el bosque o en la mesa, la capucha o el gorro debes 
quitarte, antes de estar frente a él; Dos o tres veces, sin duda, ante el señor debes 
inclinarte; doblarás también la rodilla, y tendrás así salvo tu honor.  

No te pongas el gorro o la capucha hasta que te dé permiso. Todo el tiempo que 
hables con él el mentón alto con franqueza y amabilidad mantén; así, como el libro 
te enseña, mírale a la cara con gentileza. Tus pies y manos ten tranquilos, sin 
rascarte, ni tropezar, sé hábil; evita también escupir y sonarte la nariz, espera a estar 
solo para ello,  y si quieres ser sabio y discreto, gran necesidad tienes de 
gobernarte.  

Cuando entres en la sala, entre personas bien nacidas, buenos y corteses, no 
presumas de nada, ni de nacimiento, ni de tu saber, ni te sientes ni te apoyes, es el 
signo de una buena y apropiada educación. No te dejes llevar en tu conducta, en 
verdad la buena educación salvará la situación. Padre y madre, sean quienes sean, 
digno es el hijo que actúa dignamente, en la sala, en la cámara, donde te 
encuentres; Las buenas maneras hacen al hombre.  Presta atención al rango de tu prójimo, para dirigirle la reverencia que conviene; 
evita saludar a todos a la vez, excepto si les conoces. Cuando a la mesa sentado 
estés, come con gracia y decoro; Vigila que tus manos estén limpias, y que tu 
cuchillo sea cortante y afilado, y no cortes más pan para la vianda que aquel que 
puedas comer; Si así actúas junto a un hombre de rango superior, bien entonces 
harás.  

Déjale que se sirva primero la comida, antes de tocarla tú. No cojas el mejor trozo, 
aunque él te lo indique; mantén las manos limpias y decentes, para no tener que 
usar la servilleta; no la uses para sonarte las narices, ni te limpies los dientes en la 
mesa; ni mojes mucho los labios en la copa, aunque tengas mucha sed; esto te 
haría lagrimear, lo cual no es demasiado cortés.  

Mira de no tener la boca llena cuando vayas a hablar o a beber; si ves que alguien 
bebe escuchando tus palabras, interrumpe pronto tu historia, para que beba el vino o 
la cerveza. Vigila además de no ofender a nadie, por achispado que esté; y de 
ninguno murmures si quieres salvar tu honor; pues lanzar tales palabras en molesta 
situación te pondrían.  

Retén tu mano en el puño para evitar decir: "si lo hubiera sabido", en un salón 
entre bellas damas, ata tu lengua y sé todo ojos; No rompas en carcajadas, ni armes 
jaleo como un bellaco. No bromees si no es con tus semejantes, y no cuentes a 
todos lo que has oído; ni te vanaglories de tus actos, en broma o por interés; con 
bellos discursos puedes realizar tus deseos, pero también los puedes echar a 
perder.  

Cuando te encuentres a un hombre de valor, no debes llevar gorro o capuchón; En 
la iglesia, el mercado o el pórtico, salúdale según su rango. Si andas con alguien de 
un rango superior al tuyo, ves por detrás de él, pues esto es de buena educación y 
sin falta;  

Cuando él hable, estate tranquilo, cuando acabe, di lo que quieras, en tus palabras 
sé discreto, y a lo que diga presta atención; pero no interrumpas su historia, aunque 
sea debida al vino, o a la cerveza. Que Cristo entonces, por su gracia celestial, os 
conceda el espíritu y el tiempo, para comprender y leer este libro, a fin de obtener en 
recompensa el cielo.  

¡Amén! ¡Amén! ¡Así sea! Digamos todos, por caridad